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sábado, 18 de agosto de 2012

LOS CUIDADOS DEL CUERPO, ALMA Y MENTE PARA TENER UNA VIDA MEJOR.



¿Ya has visto un girasol? 
Se trata de una flor amarilla, muy grande, que gira siempre en 

busca del sol. Y es por esa razón que es popularmente llamada 

de girasol.

Cuando una pequeña y frágil semilla de dicha flor brota en el 

medio de otras plantas, busca inmediatamente la luz solar. Es 

como si supiera, instintivamente, que la claridad y el calor del 

sol le harán posible la vida.
¿Y qué le sucedería a la flor si la colocásemos en una redoma 

bien cerrada y oscura? Seguramente, en poco tiempo, se 

moriría.
Tal cual los girasoles, nuestro cuerpo físico también necesita de 

la luz y del calor solar, de la lluvia y de la brisa, para 

mantenernos vivos.
Pero no es sólo el cuerpo físico que necesita de cuidados para 

proseguir firme. El espíritu igualmente necesita de la luz divina 

para mantener encendida la llama de la esperanza. Precisa del

 calor del afecto, de la brisa de la amistad, de la lluvia de

 bendiciones que viene desde lo alto.
Sin embargo es necesario que hagamos esfuerzos para respirar 

el aire puro, por encima de las circunstancias desagradables que

 nos rodean.
Muchos de nosotros permitimos que los vicios ahoguen nuestras

 ganas de buscar la luz, y nos debilitamos día tras día como una 

planta mustia y sin vida.
O entonces nos dejamos enredar en el zarzal de la haraganería, 

de la desidia y reclamamos de la suerte sin hacer esfuerzos para

 salir de la situación que nos desagrada.
Es preciso que comprendamos los objetivos trazados por Dios

 para la elevación de sus hijos, que somos todos nosotros.
Y para que podamos crecer de acuerdo con los planes divinos, el

 Creador coloca a nuestra disposición todo lo que necesitamos.
Es el amparo de la familia, que nos ofrece sustentación y

 seguridad en todos los momentos…
La presencia de los amigos en las horas de alegría o de tristeza,

 amparando los pasos e impulsándonos hacia adelante.
Son las posibilidades de aprendizaje que surgen a cada instante

 en el recorrido, haciéndonos más preclaros y preparados para 

decidir cuál es el mejor camino a tomar.
Pero, ¿qué sucede con nosotros cuando nos encerramos en la

 redoma oscura de la depresión o de la melancolía y así

permanecemos por voluntad propia?
Es posible que en poco tiempo nuestras fuerzas se debiliten y no

 nos permitan siquiera gritar por socorro.
Por esa razón, debemos entender que Dios tiene un plan de

 felicidad para cada uno de nosotros y que para alcanzarlo, es 

preciso que busquemos los recursos disponibles.
Es preciso que imitemos al girasol. Que busquemos siempre la 

luz, incluso cuando las tinieblas insistan en rodearnos .
Es preciso buscar el apoyo de la familia en los momentos en que 

nos sentimos desanimar.

Es preciso rogar el socorro de los verdaderos amigos cuando 

sentimos nuestras fuerzas debilitándose.
Es preciso, antes de nada, buscar la luz divina que consuela y 

aclara, ampara y anima en todas las situaciones.
Cuando las nubes negras de los pensamientos tormentosos 

cubran con oscuro manto el horizonte de tus esperanzas, y el 

convite de la depresión te asedie el alma, imita a los girasoles y 

trata de respirar el aire puro, más allá de las circunstancias

 desagradables.


Cuando las dificultades y los problemas se hagan insoportables, 
intentando sofocar la disposición para la lucha, recuerda a los 
girasoles y busca la luz divina a través de la oración sincera.
Sitio de referencia.


“La vida y la salud física son bienes preciosos confiados por 

Dios. 

Debemos cuidar de ellos racionalmente teniendo en cuenta las 

necesidades: el cuidado propio..... de los demás.......... y el bien 

común. 

El cuidado de la salud de todos requiere la ayuda 

de la sociedad para lograr las condiciones de existencia que 

permiten crecer y llegar a la madurez: alimento y vestido, 

vivienda, enseñanza básica, empleo y asistencia social”

Cuando nos referimos al cuidado del cuerpo y alma: el propósito

 es el cuidado que se debe tener al momento de alimentarlo, 

utilizando solo alimentos saludables que sean beneficiosos para 

el organismo, y el alma alimentarla solo de todo lo positivo y 

mucho amor a si mismo a Dios, y a quienes nos rodean.

El mantener el cuerpo y alma saludable, hace que la vida se 

extienda en mejor forma y por mas tiempo: lo que hace que la 

mente trabaje mejor con mas productividad.




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