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martes, 21 de octubre de 2014

SE PUEDE VIVIR BIEN, CON UN CUERPO SANO... TANTO ESPIRITUAL, COMO FISICAMENTE. VIVIR CON AMOR, ES EL CAMINO A LA PAZ Y FELICIDAD.


Una vida sana física y espiritual, no depende de otros:
sino de lo que te ames y de cuanto tiempo y como lo dedicas a tu ser interior y exteror.
Dale las gracias a Dios, por la vida y porque tienes... ojos para mirar, oídos para escuchar, voz para hablar y manos para acariciar.
Se consciente de tu capacidad para ver y oír, y disfruta pudiendo percibir el mundo que te rodea.
Silencia y pacifica tu cuerpo de tensiones y de nerviosismos inútiles. Así darás paz a tu alma.
Alimenta de una manera adecuada tu cuerpo, entra en contacto frecuentemente con la naturaleza, con el sol, los bosques, el mar... Fortalece tu espíritu.
Ejercita de una manera adecuada tu cuerpo y vuélvelo flexible. Te hará más fácil vivir desde el espíritu.
Ve simplemente con atención el color o
la forma de una hoja, rama o piedrecilla... entra en la profundidad de una experiencia trascendente.

Escucha atentamente el susurro del bosque, del mar o de la noche; escucha el rumor de la ciudad...percibe el Silencio en la tonalidad de un mundo nuevo.
Siente despierto y con atención el contacto del agua que se escurre por tu cuerpo o de un chaparrón cuando te empapa; siente el contacto con el de tus pies con el suelo o la tierra, descalzo por la arena, las piedras o la hierba; la sensación del viento, la lluvia o el sol..., entra en la profundidad de una experiencia contemplativa.
Descubre que para ser feliz y disfrutar en la vida no tienes que hacer cosas nuevas y originales, sino hacer las cosas de una manera nueva, viviendo con los cinco sentidos, percibiendo consciente y serenamente hasta los detalles más sencillos.
Obsérvate y percíbete a ti mismo en todos los movimientos y gestos... descubrirás una gran riqueza.
Vive consciente y lentamente todo aquello que estés haciendo. Anda con suavidad y armonía, como quien está realizando una gran obra de arte. Acostúmbrate a mirar serenamente, a andar con mesura, a vivir conscientemente cada gesto o movimiento que haces con el cuerpo. Calma tu prisa. La prisa es una violencia contra el ritmo natural del tiempo y de la vida. 

Llegarás a encontrar placer y disfrutarás de una manera nueva con las tareas más sencillas y humildes.
Vive, canta, baila, ríe, ama, y comparte amor y palabras de aliento con aquellos corazones necesitados de amor y motivación...

Dios creó de ti, un ser maravilloso y tu cuerpo es un templo que debes cuidar...Dios te ama.

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